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miércoles, 18 de julio de 2012

"Pobre es quien no tiene a nadie"




Esta frase se le atribuye a una señora que vive (vivía) en las calles de Río (Buenos Aires, Madrid, Lisboa, Nápoles, Tesalónica,). He oído tantas que prefiero dejarlo así, genérico, sin una ubicación geográfica concreta. Bueno no, las ciudades que enumero tienen algo en común. Ahora (o antes) nos llaman "PIIGS", pero "Cerdo" será aquel que nos puso ese calificativo.

Afortunadamente en estos lugares, que el capitalismo exige como sacrificio, las redes familiares son fuertes como para parar a un elefante. Resisten, de momento, una envestida tras otra. Ya veremos que pasa cuando caigan las pensiones, hilo del que penden millones de familias. La parca no perdona.

Me explicaba un amigo el otro día que estas redes de las que ahora me enorgullezco existen gracias a dios. Teniendo en cuenta que ni él ni yo somos creyentes, la expresión adquiere otro significado. También explica la localización de las mismas.

Espero, más bien confío, en que no alcancemos la miseria. No en posesiones, a la cual nos abocan. Sino la miseria moral de robar/engañar a los que lo pasan igual o peor que nosotros. Porque en estas tierras ibéricas, itálicas, helénicas (curioso que sean tres penínsulas) no tendremos dinero pero pobres ni somos ni seremos.


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