Analicemos el funcionamiento de la red de redes a grandes rasgos. Se trataría de un entramado de ordenadores interconectados a nivel local que, a través de unos servidores (quedémonos con ese nombre), pueden intercambiar información entre otras redes cuya localización geográfica no sea compartida. La finalidad de estas conexiones sería permitir la comunicación entre los terminales incorporados a estas redes locales, estén donde estén.
Estudiemos ahora el caso de algunas interacciones sociales que se establecen dentro del ciberespacio. Como ejemplo utilizaremos los innumerables casos de webs, foros, blogs, que crecen y se consolidan en la red gracias al apoyo desinteresado de los propios usuarios. Estos son capaces de alcanzar los objetivos acordados, resolver cualquier problema presentado, etc., sin la necesidad de ningún mediador. Tan solo administradores y moderadores tienen cierto grado de "poder", que usan para poner orden dentro del sistema. En caso de abuso de ese poder, los propios integrantes condenan a los abusadores al ostracismo.
Es ahora cuando lanzo la pregunta. ¿Seríamos capaces, como especie, de establecer este tipo de estructura en nuestra sociedad?¿Qué medios harían falta?¿Cuáles serían los primeros pasos?
De nuevo, dejo el debate abierto.
Con respecto a este tema paso un enlace interesante...
21/01/2011. La vanguardia. Contra.-Esto no es una crisis es un cambio histórico.
A la vista de la avalancha de comentarios, parece que no es un tema interesante...
ResponderEliminar¡Qué le vamos a hacer! Evaluación continua.
No et preocupis company!
ResponderEliminarAparte del comentario interesante de cómo los sucesos de Egipto y Túnez han demostrado el efecto pólvora de las redes sociales a la hora de organizar movilizaciones, propuestas por personas de no necesariamente un alto perfil público y que fueron capaces de mover a varias decenas de miles, hay que detenerse a pensar en ello. También lo de la banda contraria de twitter donde observamos que si el que propone algo no tiene un alto perfil mediático como Lance Armstrong, por ejemplo, el efecto no es como el de la pólvora sino con un rango mucho menor.
Luego de estos aperitivos mentales y refritos, abordo tu pregunta de los primeros pasos de emular esa filosofía, esos comportamientos de la red a la sociedad. En lo primero que pienso es en la penetración efectiva de internet, directa o indirectamente (sin números trucados ni pomposos), en nuestras sociedades en cuestión y descartaríamos el tercer y cuarto mundo por los momentos; luego pienso en lo generacional y si bien es cierto que hay países donde el promedio de edad general puede llegar a ser 23 años, no creo que sea el caso de la mayoría de los países del primer y segundo mundo, donde los mayores de cuarenta años estarán preparados a leer sus correos electrónicos y montar una que otra foto en FB.
A donde quiero llegar es a los menores de cuarenta años actualmente en los países del primer mundo, que a mi entender pueden entender la manera de usar la red o: como un espacio lúdico, propicio al ocio y al esparcimiento; otros, como un espacio de resistencia, de clandestinidad inclusive, en cuanto al poder establecido y el monopolio mediático; otros, los más académicos, como aquellos investigadores que encuentran en la web hallazgos que hubieran sido impensables accesar hace cuarenta años (documentos, investigaciones, textos, etc.)
Creo que la opinión de la mayoría de los mayores de 40 es que la web es un espacio lúdico y ocioso, y con contadas ocasiones puede desestabilizar el orden público como los casos últimamente conocidos de ataques a tarjetas de créditos o webs institucionales, o la desclasificación por terceros de documentos institucionales.
Cuando los menores de 40 organicen sus inquietudes y sus demandas o reinvindicaciones muy seria y sistemáticamente, mediante una herramienta que sabemos que es polivalente y con un potencial enorme, la correlación de fuerzas, ya no la lucha de clases, comenzará a cambiar de signo...
Gracias de nuevo por tu comentario Regente "en funciones" de Tebas.
ResponderEliminarVeamos si he entendido bien... pronosticas que antes de que esta nueva forma de organización social sea posible, los menores de 40 años deben plantear sus reivindicaciones a través de la red, utilizar ésta para organizarse y formar así una nueva fuerza que expulse del poder a los que actualmente lo sostienen. (si no es así corrígeme en el siguiente comentario)
Ante esta postura considero que no debe ser la confrontación la que emancipe a la raza humana.
Será más bien a partir del abandono de políticas obsoletas, que ya está más que demostrado que no sirven para el interés común, a partir de una nueva manera de entender la política. El pueblo ya está pidiendo una nueva política 2.0,donde la masa no sea la que decida, sino que las individualidades, apoyadas por las nuevas tecnologías, tengan voz y voto en los procesos de decisión que conciernen a todos y todas.
Por poner un ejemplo, hoy mismo se aprobará la ley de economía sostenible que en uno de sus apartados pretende controlar los contenidos de internet para mantener el oligopolio de discográficas y productoras. Pero por mucho que se aprueben esas leyes, se encontraran maneras de saltarlas y al final se rendirán a la evidencia que su modelo ya no funciona. Los grandes intermediarios ya no son necesarios, tanto en los contenidos culturales como en los modelos de organización social.
Completamente de acuerdo... es también como el Guillem Carbonell que está decidiendo por quién votar en las próximas municipales con simples puntos que él observa como ciudadano, de puro sentido común, no con la demagogia clásica. Incluso se puede reenfocar esto hacia la actualización (con antivirus incluida) de otro status quo, que el obsoleto, caduco, como dices, ya bastante desafiado está, por muchos ángulos. Hay que actualizarlo y horizontalizarlo...
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