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lunes, 17 de enero de 2011

Teorías Prácticas

Siempre se ha dicho que con la distancia todo se puede ver mejor. De hecho el tiempo nos demuestra aquellas cosas en las que nos equivocamos y las que no hicimos del todo mal.  También los entrenadores en los deportes demuestran que su observación privilegiada permite establecer estrategias mucho más acertadas.
¿Pero acaso esa distancia no puede alejarnos tanto de la situación que nos impide tomar partido?
Con la excusa de poder formarnos una opinión independiente buscamos la opinión de otros más... más informados, más inteligentes, más instruidos, más preparados... aquellas que se adecuen a nuestra manera de pensar, o también aquellas diametralmente opuestas. Entre estas opiniones formamos la que creemos nuestra. Y digo creemos puesto que en muchas ocasiones son simples interpretaciones de aquello por lo que nos hemos dejado influenciar. Esta distancia que hemos marcado con respecto a la situación a analizar, muchas veces, acaba convirtiéndose en un escollo que nos impide tomar partido real.

Tal vez si damos nuestro apoyo a tal o cual causa, pero siempre con la citada distancia que nos impide formar parte activa. Puesto que ya tenemos en nuestras retinas el velo del escepticismo.

No quiero con este texto que nadie se sienta ofendido, puesto que se trata también de una autocrítica. Mi intención no es otra que formar una discusión, con el objetivo de aumentar nuestros conocimiento de el proceso de la generación de la opinión y la forma de tomar partido ante las distintas situaciones a las que nos enfrentamos.
El debate queda abierto.

6 comentarios:

  1. Como diría tu amigo J.L. Borges, el juicio y la justicia humanas, precisamenet por ser humanas son inevitablemente falibles, por lo que en tu planteamiento creo que es imposible no errar, sea cual sea la decisión que uno tome ante la disyuntiva de empaparse o alejarse en la formación de opinión.
    Ojo, no me escudo ante un aforismo de un grande como Borges, pero es lo primero que se me viene a la mente cuando generalmente se me pide opinar.
    Normalmente, ni siquiera tomo distancia, ni tampoco me acerco a la situación para juzgarla y opinar; aunque, eso sí, cuando el interlocutor para mí es válido como tú. Por eso puedo hablar de un caso como el tenis ya que mencionas el deporte.

    Es verdad que el coach normalmente ve el partido desde la tribuna y puede tener la mente más fría para ir diseñando en tiempo real cual es la mejor estrategia para vencer al contrincante de su cliente que se la está sudando en la pista. Pero ahora me detengo porque creo que este hilo mental no me llevará a la opinión que tu reflexión me merece.
    Esto me lleva a pensar que influirá mucho en la propia opinión sobre cual sea el tema o asunto.

    Y por lo tanto si pienso en distancia, pero en cuanto a la proximidad radial que tenga el tema o el asunto en cuestión: en el centro de esa circunferencia el individuo con sus creencias y esencias, la longitud del radio y del diámetro de esa circunferencia lo define el contexto espacial, social y cultural. Por ende, opinar de algo histórico, político o no, pudiera variar respecto a algo políticamente reciente y español, no haitiano por ejemplo.
    Esto sin confesar que en mi caso ese contexto es ambiguamente amplio y a la vez cerrado, permeable, pero con un agudo instinto de supervivencia, ¿me explico?
    Tal vez siga reflexionando luego de otra opinión...

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  2. Gracias por compartir tu opinión. Siempre supe que a Tebas le hacía falta un nuevo regente sin problemas de parentesco con su pareja...

    Por lo que comentas, la "limitación" espacio-temporal abre posibilidades argumentativas que permiten diferencias de entendimiento necesarias para un debate real. Siempre y cuando ambas partes estén dispuestas a compartir opiniones con el fin de encontrar conclusiones comunes y no imponer en el otro la propia opinión. Respecto a este tema vi hace poco un debate entre M.Foucault y N.Chomsky de los años 70 que no cumplió mis expectativas con referencia a lo que hablábamos.
    Creo que nos estamos yendo a los cerros de Úbeda y no al objeto del análisis.
    Establecemos entonces como primera fuente de influencia al circulo contextual (espacio-temporal, político-cultural, personal-social) para la búsqueda de la opinión independiente.
    Propongo entonces como segunda fuente de influencia, inferida de la primera, la criba de la información que se analiza con respecto al asunto a abordar.

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  3. Es que Tebas no se puede considerar una causa perdida, creo que ni siquiera una causa, por eso siempre comento que si estuviésemos en un tour de esos de autocar y el guía dice por el micrófono que llegamos a Tebas, uno no debe bajarse, ni siquiera al baño.
    Si se me concede la ambigüedad y a la vez polivalencia de mi contexto, en el que habito protegido del exterior, en ese inclusive donde me conformo mi opinión, entonces me parece sensato hablar de la criba de la información con la que uno sale a abordar asuntos o temas.

    La criba de la información comienza por depender en este mundo globalizado, por cuál de los medios nos llega el asunto y a su vez si este medio está reportándolo en directo o simplemente reenviándolo. Pero no quiero hacer reflexión de todo lo que está montado a la vista (y por detrás de todas las plataformas informativas)

    Pongo un ejemplo más útil para explicarme: para mí las creencias espirituales, sin puntualizar religiosas, están muy próximas al centro de aquella circunferencia del asunto creencias espirituales. Y ahí surge un asunto que tiene que ver con la lengua en la que está codificada el tema. Si se me concede que los budistas como mi mujer que practican el budismo de Nichiren Daishonin basan su creencia en tres pilares: estudio, práctica y fe, yo discrepo muchísimo de ellos, porque Daishonin comenzó a escribir en sánscrito creo que por el siglo XII y luego sus enseñanzas fueron traducidas al japonés, luego al inglés y luego al castellano. Mi mujer lee el libro en castellano. Además seguro que me salto al menos una lengua más en el periplo de la traducción de algo tan antiguo y tan asiático.

    Esto tampoco lo esgrimo para distraer la atención, ya que lo mismo pudiera decirse de la Biblia, pero lo que quiero argumentar es que esa fe es muy improbable que la planteara Daishonin, porque esa fe, la "fides" latina, tiene que ser otra cosa menos occidental. El debate yo mismo lo propuse en un grupo budista y solo lo recibieron bien los que tenían décadas practicando, los más jóvenes eran los más intolerantes y apasionados.

    Todo esto es finalmente para argumentar que yo me siento más identificado en este sentido con la fides, espiritualmente y culturalmente. Claro aunque tampoco puedo llegar a creer demasiado en la Biblia estando la iglesia tan involucrada, y ni hablar entonces de los evangelios apócrifos. Me siento en otra calle ciega.

    Otro ejemplo clásico es el tema Cuba para que ahora hablemos en español, aunque en la variante americana caribeña, pero que no requiere traductores ni transnacionales de medios de comunicación. Para opinar de Cuba no hay que ser cubano, pero luego de estar ahí un mes y hacer un par de amigos inolvidables, estoy convencido que hay que vivir en Cuba y no solamente en la Habana si se quiere tener un cuadro completo.

    Pero entonces se me puede objetar que uno no puede dedicar tanta energía ni tiempo simplemente para opinar. Pero si bien a veces opinar es un deporte o un desahogo del ego, creo que hay que opinar poco, o muy consciente de las limitaciones en cuestión (de esto de la proximidad y distancia). Y esto no lo digo con falsa humildad, aplica incluso para el caso del íncubo Comandante-Presidente venezolano, que lo he vivido y conozco de sobra.

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  4. Perdón por la tardanza en la respuesta y gracias de nuevo por tus siempre lúcidas opiniones.

    Recapitulemos, en un primer término el ambiente espacio/temporal en el que nos desenvolvemos, más adelante la criba de información de los medios por los cuales recibimos la información sobre la que queremos opinar (no olvidemos que esto ya es una opinión en sí misma). Sería entonces cuando interviene el ego para acabar de dar una interpretación de lo aprehendido y poder formular un juicio.

    El problema a la hora de seguir construyendo el discurso es cuando topamos con juicios de valor que evidentemente, no sólo no conducen a ninguna parte, sino que además dificultan la construcción de un discurso compartido en aras de un mayor conocimiento del tema tratado.

    De momento dejo este tema por zanjado a menos que cualquiera tenga algo más que añadir.

    Aprovecho para recordar que este espacio está totalmente abierto la opinión y al debate siempre y cuando el respeto hacia las distintas opiniones sea nuestro hilo conductor.

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  5. Yo sólo añado que es mejor estar en la retaguardia pero teniendo una fuente fiable en el frente (y si puede ser, otra fuente en el frente del bando contrario).

    Y sí, para formarnos una opinión de algo que no podemos contemplar in situ, mejor recabar muchas informaciones de varios bandos.

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  6. Gracias Alexis por tus acertados comentarios y darte la bienvenida a este espacio de discusión (en el buen sentido) y reflexión.

    Te doy la razón al afirmar que es mejor practicar la escucha activa y la observación antes de elaborar un discurso sobre algo que consideramos terreno pantanoso.

    Un saludo y gracias de nuevo por colaborar.

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